
Le aclaró que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí. Llevaba varios años en ese lugar y padecía de la enfermedad de Alzheimer.
Mientras el doctor terminaba de vendar la herida, le preguntó si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.
- “No respondió, ella ya no sabe quién soy. Hace años que no me reconoce”.
- Entonces, el doctor le preguntó extrañado: “¿y si ya no sabe quién es usted, por qué esa necesidad ir todas las mañanas y de llegar tan puntual?”.
Le sonrió y, dándole una palmadita en la mano, le dijo: “Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella”.
Esa es la clase de amor que es verdadero, de fidelidad hecha de detalles. Y es que el verdadero amor no se reduce a lo físico o romántico, el verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro verdaderamente es, de lo que ha sido, de lo que será, y de lo que ya nunca podrá ser. Y es así que el amor se convierte en fidelidad
Hermoso querida amiga gracias x compartir
ResponderEliminarAy, querida Leonor, cuando uno de casa no se imagina las maravillas que la vida le puede deparar o las tragedias que pueden sobrevenir... Hoy día los jóvenes se separan ante dificultades no sabiendo que al superarlas ellos mismos se hacen mejores y pueden ser más felices. Grato texto el tuyo el que agradezco.
ResponderEliminar"cuando uno de casa" es incorrecto. Debe decir: cuando uno se casa" Mil disculpas.
ResponderEliminarGracias Vicente por comentar... me gustó mucho lo que escribistes de Lucía.
EliminarYa ves cuantos comentarios recibistes.
Es muy bonito poder tener a la compañera al lado... quiérela mucho.
Un abrazo
Si visitas mi blog MIS VIVENCIAS, veras un video que hemos hecho mis compañeros de clase y yo.
Me gustaría ver un comentario tuyo.
Leonor