BREVE RELATO DE MI LARGA VIDA

martes, 27 de noviembre de 2012




 APARCADA



Le aparcaron la silla de ruedas en el rincón de los rosales, al sol, como cada mañana. En su cascada de días monótonos y nebulosos, aquellos momentos eran los únicos que tenían vida: allí, al sol, que le calentaba lentamente la sangre perezosa y los huesos castigados. Poco a poco le volvía la vida y con ella los recuerdos: no era capaz de recordar qué había comido en el desayuno, ni siquiera si lo había tomado, pero su vida anterior a aquel geriátrico estaba viva hasta el detalle en su memoria y volvía día tras día a su mente. Nació mujer, pobre y en unos años oscuros, sólo eso ya era una condena. Sus hermanos varones pudieron ir por un tiempo a la escuela antes de empezar a trabajar los campos, sabían leer y contar, por muy torpemente que lo hicieran. Ella no, ella desde que podía recordar ayudaba a madre en la casa o iba con las cabras al monte. Al llegar a los diecisiete, su padre decidió casarla con un vecino, cuarentón, hosco, con la dentadura podrida. A cambio la familia recibiría un huertecillo al lado del río, que aseguraba fruta y verdura para todos.
Madre lloró y suplicó que no casara a su chica con aquel bestia, pero padre dio un gran puñetazo en la mesa “Una boca menos, un huerto de más y comida caliente para la muchacha el resto de su vida”. Así acabó la discusión y ella pasó a su marido casi en calidad de bestia de carga: trabajó sus campos, cuidó su casa y sus animales y le parió nueve hijos. Como siempre que llegaba a ese punto, una lagrimilla asomaba a sus párpados legañosos.
A los dos mayores se los mataron en la guerra, tres murieron de chicos: uno al nacer y dos de garrotillo. Los otros se dispersaron por las capitales, buscando el futuro que el campo les negaba. Y el último, su Juanillo… si él supiera que estaba aquí, sola y vieja… seguro que iba a sacarla para llevarla con él. Siempre fue su niño querido, tan dulce y sensible, siempre detrás de ella, entre cazuelas y escobas.
Su marido les observaba con gesto torvo, hasta que se levantaba, se sacaba el cinturón “¡¡¡ Maricón, más que maricón!!! Y tú, a saber con quién me habrás engañado para parir a ese mostrenco…” Y la emprendía a zurriagazos con el chico y con ella, más con ella porque intentaba proteger al niño con su cuerpo.
Así una vez y otra, hasta que un día, con quince años, su Juanillo se marchó; se despidió de ella llorando y ella lo entendió: le dio las pocas pesetas que guardaba en una lata y se sentó mirando el fuego hasta que no le quedaron lágrimas.
Y se quedó sola, primero marcharon sus hijos y luego, al menos un alivio, murió su marido. Vendió sus pocas tierras para pagar el entierro y adecentar la casa y se puso a jornal, en el campo, en el lavadero, en la matanza… y así años y años, hasta que su cuerpo dijo basta y el mosén movió sus contactos para meterla en el asilo. No…, geriátrico le llamaban ahora....

- ¡Manuela¡ Uy, por Dios, que no me he olvidado de ti ni quiero que te pongas negrita como una faria, aquí al sol – la risa atropellada de Eva, la cuidadora, que llegaba corriendo para empujar su silla otra vez de vuelta al comedor- Es que hemos tenido reunión con los del sindicato, y no veas que lío… qué suerte has tenido, Manuela, de no tener que trabajar en una empresa, a sueldo…..

   Este bonito cuento es uno de tantos que mi prima MARISOL escribió hace tiempo y que me dió permiso para publicar porque su timidez le impide publicar  

gracias MARISOL.

LEONOR

sábado, 17 de noviembre de 2012


 MODISTILLAS



Aqui veis la gente mayor de mi barrio ... aprendiendo a hacerse sus vestidos...mi amiga Neus es la  la responsable de que estas señoras que tienen una edad entre 60 hasta 90 años y que tienen mucha ilusión  ... una mama y su hija como dos compañeritas de clase.

Pasé la tarde haciéndoles fotos para montarle un video y todas se preparaban su fular para salir guapas en la foto.

Son admirables la ilusión que ponen al hacer sus vestidos Hay quien solo sabía lo clasico... un dobladillo, coser un boton a la camisa

Que cunda el ejemplo

Leonor

sábado, 10 de noviembre de 2012


 MERMELADA DE TOMATES VERDES


Me han regalado unos tomates verdes, tan verdes que he creido que ya no madurarian, así, que me he puesto a hacer mermelada por no tiralos que hay crisis!! Nunca pensé que podia quedar tan estupenda pues el dulce de tomate rojo lo he hecho y sabe muy bien pero en verde no habia probado, además esta la hice un poco a mi manera, por eso quiero poner y guardar la receta de cómo lo hice 
Eran 1,300gr de tomates, los he picado sin pelar y les he puesto 800 gr de azucar y el zumo de un limón los he dejado macerando un par de horas y despues los he puesto a cocer tal cual a fuego lento, lento,
la estufa estaba tan suave que ha estado dos horas.
 Con una seria suficiente creo yo no?. Alguien la ha hecho alguna vez

Le copié esta entrada a mi buena amiga TINI 
es la que prueba de hacer lo que se le presenta igual hace un macetero de un cacharro viejo, o una fuentecica como dice ella  (preciosas por cierto)

Visitad su blog (la bitácora de TINI) y os convenceréis
Leonor (Merana)

miércoles, 7 de noviembre de 2012



 EL TAPIZ DE ROSANA



Ya sabéis que soy voluntaria en la A.A.V.V. de Trinitat Nova... pues estoy muy orgullosa de los adelantos de mis alumnas... ya iré subiendo los trabajos que realizan pero sobre todo el de Rosana que es muy aplicada; hace poco tiempo que está tapizando y hace su trabajo, mejor que lo pueda hacer yo. Os lo muestro para que veáis que es cierto no se si apreciaréis los detalles, pero a colocado un reloj, que FUNCIONA, y unas piedrecitas en el caminito que conduce a la casa que es un primor.

 juzgar, vosotr@s mism@s

martes, 6 de noviembre de 2012

NOU BARRIS


En  Nou Barris, donde hicimos una exposición de nuestros trabajos


clikar aquí

http://youtu.be/7jffZVBH33s



sábado, 3 de noviembre de 2012

 

 

PANALLETS

 

1kg. de almendra

 800 gr. de azucar 

 10 huevos ( solo las yemas)

 un moniato o patata 

 rayadura de limon

 Se hierve el moniato, se escure y, aun caliente, con la batidora se junta con el azúcar, se deja enfriar, se añaden las yemas y el limón rayado y la almendra molida, se junta todo muy bien y se deja en reposo unas horas. Se forman los panallets y, si es del gusto, se ponen los piñones. Se cuecen en el horno a 200º. ( poco tiempo ).

 Cuidado de no tenerlos mucho rato porque se tuestan enseguida

  Espero que os queden tan bien como le quedaron a mi hija

 Gracias Ana Mary